DECÁLOGO DEL PEÑISTA.
Recibidas
en esta peña cienes y cienes de consultas, quejas y hasta denuncias,
Se ha
visto este barrio desbordado por la proliferación de Peñas (o chiringuitos que
lo quieren ser) sin que hasta ahora ninguna voz autorizada haya validado tales
grupos. Es nuestra voluntad echar luz sobre este particular y aclarar cualquier
duda que los ciudadanos tengan al respecto.
Reunido
alrededor de una botella de Valdepeñas, en unas jornadas de meditación
en el Monasterio de San Juan de
Sabemos
que habrá voces que renegarán como filisteos de esta manera de definir las
peñas; eso será por que son cualquier cosa menos una
peña.
Fuera
de esto no hay peñas, sólo caos...
Decálogo propiamente dicho:
-
Punto 1 - No puede hablarse de peña si el conjunto de miembros (con
perdón) es de menos de dos. Si sólo es de uno podremos hablar de peñista,
y si es de menos, de alma en peña.
-
Punto 2: Todo peñista reconocerá la evidente supremacía de la peña
“Mil Duros” en todos los órdenes, por antigüedad, dignidad y gobierno. Si hay
alguna duda, consultar el Punto 2.
-
Punto C: Las peñas acudirán (si no en masa, al menos una
representación) a los diferentes actos de Fiestas, en particular al Pregón. Si
algún insidioso pretende aducir que los “Mil Duros” llevamos años incumpliendo
flagrantemente este punto, le diremos:
o A: Que este Decálogo no tiene
efectos retroactivos.
o B: Que es cierto, pero desde que
nos tocó a nosotros pregonar el año pasado, lo vemos de otra manera.
o C: Para cualquier duda,
dirigirse al Punto 2.
-
Punto IV - La peña vestirá con elegancia, luciendo con discreción,
pero con orgullo, los distintivos de su peña. Así, deberán evitarse volantes de
gayos colores en las mangas de ellos o las faldas de ellas, o cestas de frutas
tropicales en la cabeza de cualquiera. Las botas de charol de plataforma
tampoco son de recibo.
-
Punto Matic - La peña cultivará las buenas relaciones con
las otras peñas. Se encarecen los buenos modales y el civismo,
no recomendándose la agresión a los miembros (con perdón) de otras peñas,
aunque se los halle de madrugada, en descampado, en evidente estado
de coma etílico y se les supere ampliamente en número.
-
Punto Pelota - Toda peña cuidará de sus manifestaciones musicales
procurando el deleite sensorial a la par que el esparcimiento. Intérpretes como
los de la Academia de O.T, cualquiera de la estirpe de los
Iglesias o Camela dicen muy poco del nivel musical de
-
Punto G: Durante Fiestas, el alterne, el ligoteo y, si procediere, el
sexo salvaje, se darán preferentemente en la modalidad inter-peñas: Tirititrán
– Mil Duros, pongamos por ejemplo (a ver si cuela).
-
Punto Redondo: Serán objeto de especial atención
y respeto los miembros de la peña “Puretas”. Este especial respeto se
manifestará, entre otras, de las siguientes maneras: se caerá sobre su
merienda-invitación como la langosta, matando el hambre para todas las fiestas;
no se les tildará de "viejos fósiles" ni nada parecido, tengan el
aspecto que tengan; se les cederá el asiento (que no la pareja, ojo) en el
baile, cuando se les vea perder el bofe; y queda terminantemente prohibido
sabotearles los frenos de la silla de ruedas.
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Punto de Cruz - A la voz de ¡A mí la peña! acudirán todos los
peñistas como uno solo, y con garrafón o sin él, abrevarán al peñista
sediento.
-
Yomapunto - La vulgaridad de la cerveza y el kalimotxo no engaña
a nadie, y todo miembro (con perdón) de una peña que se precie beberá
Valdepeñas como mínimo. Eso sí, si algún peñista es sorprendido fabricando
kalimotxo con un Ribera de Duero de reserva o cualquier otro caldo de calidad,
tendrá un juicio justo y será colgado. (Si se tratase, como es probable, de un
Zapatilla, se prescindirá incluso del juicio).
Este
Decálogo se resume en dos puntos:
∙
Serás peñista sobre todas las cosas.
∙
Los Zapatillas no son una peña: son una pena, y como mucho, una asociación de
malhechores.